Es un pez sin mandíbulas ni escamas, además es una especie migradora que nace en los ríos, donde transcurre su vida larvaria hasta adquirir la forma adulta, momento en el que migra al mar.

Los adultos, que pueden llegar hasta los 120 cm, viven en el mar aproximadamente 2 años, en profundidades de hasta 400 m. Poseen una boca redonda con cientos de dientes y una lengua áspera perfectamente adaptada a su alimentación hematófaga. Poseen también una saliva anticoagulante que facilita su alimentación.

Cuando alcanzan la madurez sexual, regresan a los ríos para reproducirse. Una vez que pasan al agua dulce, dejan de alimentarse.

La reproducción tiene lugar entre abril y junio, época tras la que los adultos mueren. El número de huevos es de 150.000 a 300.000. Las larvas, llamadas ammocetes viven enterradas en el fondo del río durante cuatro o cinco años en los que irán sufriendo una profunda metamorfosis hasta convertirse en adultos capaces de migrar al mar.

Las principales amenazas para las lampreas son la destrucción de sus hábitats, especialmente la proliferación de graveras y canalizaciones que perjudican la capacidad de filtración de las larvas y la construcción de presas que les impiden completar su ciclo vital. La sobrepesca también supone una amenaza.